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Parque de El Montnegre i el Corredor

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Historia / Ocupación humana


Autor: XPN

Autor: XPN

El hombre se ha establecido desde antiguo en estas sierras. La excepcional situación geográfica y la riqueza de los recursos naturales fueron apreciadas en los últimos años del neolítico, como lo evidencian el dolmen de la Piedra Gentil y el de la Piedra Arca.

 

Los pueblos íberos, concretamente los layetanos, se instalaron siguiendo sus costumbres en las zonas de altitud media, como el turó del Vent y el pico del Castell, en el que se observan los restos de su asentamiento. La ocupación romana les forzó a bajar a las llanuras, donde aparecieron numerosas ciudades agrícolas.

 

En los tiempos medievales, la población se agrupó en pequeños núcleos, más abundantes en las zonas bajas que en las altas. La importancia de la religión en la época se hace notar en los innumerables edificios religiosos diseminados por el parque natural.

 

La colonización agrícola posterior se ve reflejada en las más de doscientas masías que se encuentran en el parque, entre las que sobresalen Can Pradell de la Serra, Can Bosc y Can Oller de Fuirosos, y también en un paisaje que es el resultado de la alternancia de bosques y cultivos, y en el que la actividad del hombre a lo largo de la historia tiene, en consecuencia, una importancia capital.

 

Actualmente, el proceso de recesión de la actividad agraria iniciado a finales de los años 50 ha hecho desaparecer prácticamente el uso agrícola de las masías que, poco a poco, se reconvierten y se destinan a otras actividades.