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Sant Miquel del Fai. Espacio Natural de Cingles de Bertí

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Historia de Sant Miquel del Fai


El año 2017, la Diputación de Barcelona adquirió Sant Miquel del Fai, un conjunto monumental declarado Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) que agrupa diversas construcciones de interés patrimonial como la iglesia de Sant Martí del Fai, la iglesia troglodítica de Sant Miquel del Fai, el paso de la Foradada, el puente del Rossinyol, la entrada fortificada y el casal prioral, con un alcance cronológico que abarca desde el siglo X hasta la actualidad.

Sant Martí del Fai el año 1967. Autor: Joan Francès Estorch / Archivo del Servicio de Patrimonio Arquitectónico Local

La primera referencia documental del lugar está relacionada con la iglesia de Sant Martí del Fai y data del año 878, cuando pertenecía al monasterio vallesano de Sant Cugat del Vallès.
Por otra parte, la primera referencia a la iglesia de Sant Miquel es más tardía, del año 988, cuando los condes de Barcelona Ramon Borrell y Ermessenda donaron a Gombau de Besora y a su esposa Guilla el alodio del Fai para que construyeran un monasterio. El contenido de esta donación parece indicar que en este espacio ya existía con anterioridad algún tipo de culto, si bien no se ha podido determinar su tipología.

El año 1042, Gombau cedió el monasterio a Sant Víctor de Marsella, siendo el primer cenobio catalán dado a la abadía marsellesa. Este hecho cambió la gestión del monasterio del Fai, pues si bien hasta entonces se había tratado de un monasterio dirigido por un abad, pasó entonces a ser un priorato, con un prior al frente.


Campanario de Sant Miquel del Fai. Autor: Lucien Roisin / Arxivo General de la Diputación de Barcelona

La evolución del priorato bajo la gestión de Sant Víctor de Marsella tuvo sus altibajos hasta mediados del siglo XIV, cuando se empezó a otorgar el cargo a priores comendatarios, algunos de los cuales nunca visitaron el priorato. Este cambio radicó en el hecho de que el papa Urbano V, antes abad de Sant Víctor de Marsella, puso todas las posesiones del cenobio marsellés bajo el control de la Santa Sede. Este sistema se alargó hasta el año 1576, cuando el papa de Roma ligó el cargo de prior al de arcediano mayor de la catedral de Girona. Algunos de estos arcedianos-priores se implicaron a fondo en la revitalización del Fai, como, por ejemplo, Jaume d’Agullana, Isidor d’Horteu o Isidor Bertran.

Durante la Guerra del Francés (1808-1814), el priorato se utilizó como centro de operaciones militares. Una vez finalizadas las hostilidades, se recuperó la normalidad religiosa.


Entrada a la Fonda de Sant Miquel del Fai. Autor: Lucien Roisin / Arxivo General de la Diputación de Barcelona

Posiblemente, en 1841, durante la desamortización de Espartero, el priorato se secularizó y, entre 1850 y 1856, fue vendido a la familia Sisteré, que destinará las instalaciones a centro turístico y hotelero con servicio de restaurante. También se tramitó el proceso conseguir retornar el culto, como oratorios privados, en las capillas de Sant Miquel y de Sant Martí


Carruaje, año 1920. Autor: Narcís Ricart i Baguer/ Arxivo General de la Diputación de Barcelona

El año 1875 se iniciaron las obras para arreglar la carretera que va de Sant Feliu de Codines al santuario. La Casa Prioral se utilizará como restaurante y, también, como hotel. La prensa de la época y diversos testimonios informan tanto de visitas de una sola jornada como de estancias largas. Esta afluencia de visitantes hizo que se organizara un servicio de salida de carruajes desde Canovelles y Sant Feliu de Codines hasta Sant Miquel del Fai. De este modo, en menos de dos horas se podía hacer el trayecto desde Barcelona.


Postal de uno de los comedores de la fonda de Sant Miquel del Fai. Autor: Lucien Roisin / Arxivo General de la Diputación de Barcelona

Uno de los comedores más importantes se encontraba en la sala que, actualmente, se conoce como “Sala Capitular”. A principios del siglo XX, esta Sala tenía las paredes decoradas con pinturas orientalistas, arcos de herradura y columnas que contenían escenas de Adán y Eva en el Paraíso, una representación de la ciudad de Barcelona y la leyenda de Sant Jordi; y el techo con un artesonado policromado.


Sant Miquel del Fai, entre 1920 y 1940. Autor: Arxiu Mas / Arxivo General de la Diputación de Barcelona

Entre los años 1933 y 1936, la actividad hotelera y como centro de atracción turística de Sant Miquel continuó con fuerza, pero el inicio de la Guerra Civil Española supuso un cambio drástico. Sant Miquel fue utilizado como centro de operaciones militares, lo cual tuvo consecuencias lamentables para el conjunto monumental, por ejemplo, la quema y profanación de las dos iglesias, utilizadas como almacenes. Desde entonces y hasta 1967, las iglesias quedaron abandonadas y únicamente sirvieron como refugio para excursionistas o como corral para el ganado de los pastores de Riells.


La iglesia de Sant Miquel, decorada para una boda. Autor: ibodas.com

Los desperfectos del lugar y la dureza de los años de posguerra hicieron desaparecer las excursiones a Sant Miquel del Fai. Éstas no se recuperaron hasta finales de la década de 1950. Los sucesivos propietarios (José Orfila Fortuny, Gabriel Camps y Santiago Rubies, PROMEFIC, S.L., y Espai Natural Sant Miguel del Fai, S.A.) continuaron con el negocio turístico y de restauración, con un uso de las instalaciones cada vez más diversificado y servicios como banquetes y bodas. Esto implicó que se realizaran diversas reformas para adecuar el espacio a las necesidades de la actividad, especialmente entre los años 1967-1968 y 1990-2017.


Presentación de la compra de Sant Miquel del Fai, el 2017. Autor: Diputación de Barcelona

En 2017, recogiendo las peticiones de diversos municipios vecinos del Vallès Oriental y del Moianès, la Diputación de Barcelona compró Sant Miquel del Fai con la voluntad de recuperar este conjunto de alto interés patrimonial y natural para potenciar su uso público como espacio abierto y de acceso libre a la ciudadanía.


Etapas constructivas

Sant Miquel del Fai. Autor: desconocido / Arxivo General de la Diputación de Barcelona

En cuanto a la evolución constructiva del conjunto monumental, se pueden diferenciar, a grandes rasgos, tres etapas constructivas: la primera, entre los siglos IX y XVI, cuando contaría con las iglesias de Sant Martí y de Sant Miquel del Fai y también con un casal prioral, ubicado probablemente en la zona que ahora se conoce como las piscinas, si bien no puede descartarse que estuviera situado en el mismo emplazamiento que el actual.


Puente del Rossinyol. Autor: Lucien Roisin / Arxivo General de la Diputación de Barcelona

Una segunda etapa, comprendida entre finales del siglo XVI y el siglo XX, marcada por el vínculo con el arcedianato mayor de la catedral de Girona, especialmente durante el período de dirección del arcediano Agullana. Esta etapa significó la revitalización del conjunto monástico y el impulso de una importante reforma en que se construyeron el puente del Rossinyol y el paso de la Foradada para abrir un nuevo acceso por el este al espacio monacal, con la entrada fortificada y, suponemos, la actual Casa Prioral de estilo gótico.


Salto del Rossinyol y piscina, 1980. Autor: Joan Francès Estorch / Arxivo General de la Diputación de Barcelona

Finalmente, durante el siglo XX se arreglaron los exteriores con la construcción de las piscinas (balsas) y, ya a finales de siglo, se actuó en la Casa Prioral, donde cabe destacar el repicado de paredes que comportó la pérdida de las pinturas murales que decoraban distintas estancias del edificio. También se construyó una tienda de souvenirs, situada detrás de la entrada fortificada, se acondicionó una sala de audiovisuales y un pequeño museo con cierres de cristal bajo la cueva, y se iluminó la gruta. En la década de 1990, los últimos propietarios realizaron importantes obras para adaptar la Casa Prioral como lugar de banquetes y bodas.


Claustro de la isglesia de Sant Miquel del Fai. Voyage pittoresque et historique de l'Espagne, d’Alexandre Laborde (1806). Archivo del Servicio de Patrimonio Arquitectónico Local

San Miquel del Fai ha sido visitado, descrito y dibujado por antiguos viajeros como Francisco de Zamora y Alexandre Louis Josep, marqués de Laborde, en el siglo XVIII. También lo visitaron poetas de época romántica como Víctor Balaguer y Francesc Camprodon, que le dedicaron algunas de sus obras. En pleno Romanticismo, la belleza del Fai atrajo también a los escritores George Sand (pseudónimo masculino de Amandine Aurore Lucile Dupin), Lord Byron y Théophile Gautier, que quedaron maravillados de las grutas y del sitio. El escritor Josep Pla, que tiene una estatua en el camino entre las dos iglesias, también visitó el lugar y escribió sobre la excursión, si bien no pudo admirar los saltos de agua a causa de la sequía de aquel momento.

Servicio de Patrimonio Arquitectónico Local de la Diputación de Barcelona 

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