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El Sistema de Información Territorial de la Red de Espacios Libres de la provincia de Barcelona (SITxell)


Carles Castell (biólogo), Albert Beltran (arquitecto), Meritxell Margall (ambientóloga). Oficina Técnica de Planificación y Análisis Territorial Área de Espacios Naturales, Diputación de Barcelona


Resumen


Una ordenación territorial basada en la existencia de un sistema de espacios libres funcionales debe partir necesariamente del análisis y la evaluación de las características y atributos de estos espacios desde una perspectiva multidisciplinar que conjugue sus valores naturales, económicos y sociales.

En este contexto, la Diputación de Barcelona ha puesto en marcha un sistema de información territorial de la red de espacios libres de la provincia de Barcelona (SITxell), un proyecto destinado a la obtención, estructuración, análisis y valoración de la información sobre el suelo no urbanizable. Su principal objetivo es dar soporte a las políticas de la administración local sobre los espacios libres, de forma que se haga compatible el desarrollo socioeconómico del territorio con la persistencia de la funcionalidad de los sistemas naturales.

Introducción


En los últimos años, y a partir de los conceptos formalizados principalmente desde la disciplina de la ecología del paisaje (Forman y Godron, 1986) se ha puesto de manifiesto la importancia del papel que juega el conjunto de los espacios libres, y la necesidad de abordar la ordenación de los sistemas naturales desde la consideración del territorio como un sistema (Forman, 1995). Como consecuencia, la estrategia de ordenación de los espacios protegidos está yendo paulatinamente más allá de la protección de determinadas áreas de interés (teselas), e incluso de las redes de espacios (teselas y conectores), para incluir el conjunto del territorio (teselas, corredores y matriz) como la unidad funcional que debe ser objeto de planificación, si se desean alcanzar los principales retos de conservación planteados.

En el ámbito mediterráneo, esta aproximación holística es aún más necesaria, si cabe, dado que el paisaje está constituido por un mosaico de usos intercalados que dan lugar a un territorio extraordinariamente rico, diverso y complejo (Blondel y Aronson, 1999; Myers et al., 2000). En este contexto, el conjunto de los espacios libres forma un sistema de vital importancia en el mantenimiento de los principales procesos ecológicos y territoriales. Por ello, la preservación de los elementos y procesos naturales difícilmente puede abordarse desde la perspectiva de la protección de los espacios, ni tan siquiera desde las redes de espacios, dado que ya que la mayor parte de las dinámicas naturales dependen intensamente del conjunto de la matriz (Forman y Godron, 1986), que a su vez contiene buena parte de los principales valores a proteger (Margules y Pressey, 2000). En consecuencia, la ordenación debe partir de la visión del conjunto del territorio como un sistema, en el cual todos los espacios libres juegan un rol y, por tanto, deben ser planificados y gestionados según estos criterios. En síntesis, la protección del mosaico mediterráneo, tanto de sus valores naturales y culturales como del funcionalismo del conjunto del sistema, no debe limitarse a preservar los espacios libres de su incorporación a los procesos de urbanización a medio plazo, sino que debe valorar estos espacios y dotarlos de un proyecto ecológico, social y económico adecuado, como única vía para garantizar su conservación a largo plazo.

En este marco conceptual, una ordenación territorial basada en la existencia de un sistema de espacios libres funcionales, debe partir necesariamente del análisis y evaluación de las características y atributos de estos espacios desde una perspectiva multidisciplinar, que incorpore sus valores naturales, económicos y sociales.

La experiencia de la Diputación de Barcelona


De acuerdo con los sucesivos enfoques de protección de los espacios libres indicados en la introducción, las estrategias de ordenación territorial de la Diputación de Barcelona se han modificado a lo largo del tiempo (Doménech, en esta misma publicación). Así, desde la declaración del primer parque natural en el año 1972 -Sant Llorenç del Munt i l'Obac-, en las décadas de los 70 y 80 primó principalmente la protección de espacios de gran interés sometidos a un elevado grado de presión artificializadora -Montseny, 1977; Garraf, 1982; Collserola, 1987; Montnegre i el Corredor, 1989.

Posteriormente, a raíz del reconocimiento de la necesaria conectividad entre los espacios, a partir de los años 90 la planificación se centró en poner en contacto los parques, en la medida de lo posible, mediante nuevas figuras y fórmulas de protección de los espacios intermedios -Olèrdola, 1992; Serralada Litoral, 1992; Foix, 1993; Serralada de Marina, 1997; Parc Agrari del Baix Llobregat, 1998-, dentro del proyecto denominado L'Anella Verda, que ha logrado proteger más de 90.000 hectáreas alrededor del Área Metropolitana de Barcelona.

En los últimos años, tanto la propia experiencia de planificación y gestión de espacios, como el creciente pensamiento generalizado sobre la necesidad de considerar la ordenación del conjunto del territorio como única forma para asegurar la continuidad de los sistemas y procesos, la Diputación de Barcelona se ha planteado la realización de un análisis exhaustivo de los espacios libres de la provincia, desde una óptica pluridisciplinar y flexible, que permita evaluar el estado actual y las principales dinámicas que se están produciendo.

Así, se ha puesto en marcha un sistema de información territorial de la red de espacios libres de la provincia de Barcelona (SITxell), un proyecto destinado a la obtención, estructuración, consulta, análisis y valoración de la información sobre el suelo no urbanizable. Esta herramienta tiene como principal objetivo dar soporte a la planificación y desarrollo de políticas de la Diputación de Barcelona, así como de los municipios, sobre los espacios libres de la provincia.

El proyecto SITxell se inició harà dos años y, en la actualidad, tiene totalmente definida su estructura conceptual y técnica y contiene ya gran parte de la información de base, así como algunos primeros análisis experimentales. En el presente artículo se presentan los resultados preliminares del análisis de una área piloto, en la que se ensayan los indicadores complejos de valoración de los espacios libres.

Definición y estructura del proyecto SITxell


El SITxell es un proyecto de análisis territorial, estructurado mediante la tecnología de los sistemas de información geográfica, y encaminado a estudiar y valorar los suelos no urbanizables en su conjunto, con la finalidad de dotarles de estructura y hacer explícito el sentido territorial que tienen los espacios libres. El objetivo último, como ya se ha apuntado en la introducción, es la categorización y evaluación de los suelos no urbanizables, a partir del análisis, diagnosis y sistematización de sus atributos ecológicos, paisajísticos y socioeconómicos, para disponer de datos y criterios que den información a la administración local para la ordenación y gestión de su territorio. Más concretamente, se pueden indicar dos grandes bloques de objetivos en función del destinatario del proyecto. En primer lugar, la obtención de una exhaustiva diagnosis territorial de los espacios libres de la provincia de Barcelona, como punto de partida para plantear y asesorar políticas de planificación y gestión territorial de la Diputación de Barcelona. Entre las posibles líneas estratégicas de actuación susceptibles de desarrollarse en los próximos años pueden citarse el establecimiento de nuevas figuras de protección, el desarrollo de otras fórmulas de gestión del territorio -consorcios, asociaciones, acuerdos y contratos de custodia, etc.- o la formulación de políticas sectoriales sociales y económicas, en función de la escala e intensidad de las actuaciones. El segundo gran objetivo consiste en proporcionar información y argumentación conceptual y técnica a los 311 municipios que integran la provincia de Barcelona, para la planificación y gestión racional de su territorio, ofreciéndoles una visión del municipio en un marco más amplio. Este aspecto, puede ser especialmente interesante tras la aprobación de la nueva Ley de Urbanismo de Cataluña que incorpora la necesidad de justificar, por parte de los ayuntamientos en el proceso de revisión de su planeamiento municipal, los valores que subyacen en la clasificación de un determinado suelo como no urbanizable.

Asimismo, la información y el análisis territorial facilitados por el SITxell pueden ser de gran utilidad, tanto para la Diputación de Barcelona como para el conjunto de municipios, como punto de partida para su posicionamiento ante grandes proyectos de planificación e infraestructuras formulados por otras administraciones, y que pueden conllevar un impacto territorial notable. El planteamiento de base para el desarrollo del SITxell ha sido construir un sistema de información territorial multidisciplinar -que incorpore las múltiples facetas que convergen en la definición de las características de los espacios libres-, flexible -que permita realizar análisis globales o parciales del territorio desde diversos puntos de vista-, equilibrado -que pondere la importancia de los diversos aspectos de interés de los espacios libres-, claro, riguroso y alejado de apriorismos que puedan sesgar los análisis realizados, de forma que los resultados sean verosímiles y aplicables. Para ello, se partió de una estructura en módulos temáticos, que cubren los diversos aspectos que intervienen en la definición del interés intrínseco y/o estratégico de los espacios libres, y permitan analizar la significación de los espacios en función de sus características geológicas, botánicas, faunísticas, ecológicas, sociales y económicas, tanto a partir de parámetros básicos como de indicadores complejos.

La estructura conceptual básica del sistema es la siguiente:

  • Módulos del Medio. Incluye los módulos de: Geología; Hidrología; Flora, vegetación y hábitat; Fauna; Ecología del paisaje; Patrimonio cultural; y Paisaje.
  • Módulos de Usos. Incluye los módulos de: Socioeconomía; Normativas y directivas sectoriales; Planeamiento; Infraestructuras de transportes, y Servicios Técnicos.

Cada uno de los módulos está compuesto por diversas coberturas básicas de información -algunas ya preexistentes, mientras que otras se han tenido que elaborar a partir de información dispersa o generada ex novo-, y coberturas de valoración sectorial, producto de la transformación y combinación de las diferentes capas básicas.

Participantes en el proyecto


Como ya se ha indicado anteriormente, el rigor en la obtención de la información y el desarrollo de los análisis ha sido un punto clave en el planteamiento del proyecto. Por ello, el SITxell se está desarrollando a partir de convenios con los principales grupos de expertos de cada uno de los campos -pertenecientes a las administraciones públicas, universidades, centros de investigación y empresas-, que disponen ya de relevante información de partida y garantizan la calidad del proyecto. La participación de estos equipos de especialistas permite, además, evitar la duplicidad de esfuerzos en obtener información ya existente, así como asegurar que la imprescindible actualización de los datos se produzca de manera seria, fiable y experimentada.

Así, en la actualidad colaboran mediante convenio los siguientes grupos de expertos: Laboratorio de Información Geográfica y Teledetección (LIGIT) y Departamento de Geodinámica Externa y Hidrogeología, de la Universidad Autónoma de Barcelona; Grupo de Geobotánica y Cartografía de la Vegetación, y Grupo de Estudio del Águila Perdicera, de la Universidad de Barcelona; Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF); Centro de Estudio de los Ríos Mediterráneos (CERM); Instituto Catalán de Ornitología (ICO); Minuartia, Estudios Ambientales; Unió de Pagesos (sindicato agrario); y Consejo Comarcal del Bages.

Asimismo, dentro de la Diputación de Barcelona, además del Área de Espacios Naturales, impulsora del proyecto SITxell a través de la Oficina Técnica de Planificación y Análisis Territorial, están participando la Oficina Técnica de Cartografía y SIG Local, y el Servicio de Informática y Telecomunicaciones. Otras administraciones, como el Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de Catalunya, han facilitado algunas coberturas de información básica, que se han incorporado al SITxell.

El entorno informático de trabajo elegido para el proyecto SITxell es el ArcGis, principalmente por la capacidad de análisis que permite desarrollar, así como por su amplia compatibilidad con otros programas de SIG, cartografía y bases de datos. En este entorno, mediante el programa Arc/Info se estructura y administra el proyecto, al igual que se realizan las operaciones de análisis más complejas. Igualmente, el programa ArcView permite el trabajo habitual de visualización, consulta, combinación y transformación simple de capas. De forma adicional, se ha creado un visualizador específico para permitir la consulta de la información a los usuarios interesados e inexpertos en el lenguaje informático de los programas de SIG.

Escala y ámbito de trabajo


La escala elegida para el proyecto SITxell ha sido 1: 50 000, una escala de compromiso que permite una visión suficientemente detallada para poner de manifiesto los principales elementos y procesos vinculados a la dinámica y la ordenación de los espacios libres -y poder visualizar el papel de los distintos municipios en este marco global-, y es a la vez una escala adecuada para abordar el proyecto a medio plazo. Además, el uso de esta escala comporta ventajas adicionales. Por una parte, existe una cartografía reciente de toda la provincia, de la cual es copropietaria la Diputación de Barcelona, y que será actualizada con regularidad. Por otra parte, se trata de una escala muy utilizada en numerosos trabajos de inventario, análisis y planificación territorial, lo cual permite ir incorporando esta información al SITxell de manera relativamente sencilla.

Asimismo, el proyecto contempla la incorporación de información a una escala de mayor detalle (1: 25 000, 1: 10 000, 1: 5 000), como de hecho ocurre con muchas de las coberturas ya disponibles -en las que los datos de base se han obtenido a escala 1: 25 000-, aunque se mantiene siempre la escala de referencia a 1: 50 000 para realizar los análisis globales de concurrencia de los distintos módulos temáticos.

Como ya se ha indicado anteriormente, tanto la escala 1: 50 000 como la propia estructura de coberturas de información, responden esencialmente a la necesidad de valorar en conjunto los espacios libres de la provincia de Barcelona, mediante la visión global del territorio. Evidentemente, este planteamiento encaja de lleno con los objetivos de las políticas territoriales de la Diputación de Barcelona.

En el caso de los ayuntamientos de la provincia de Barcelona, el SITxell puede y debe ser útil en el desarrollo de sus respectivos proyectos de ordenación municipal. Sin embargo, por su propia naturaleza, el SITxell no puede, ni pretende, aplicarse directamente a escala municipal. El interés que brinda a los ayuntamientos es el de ofrecer una visión del municipio en el marco territorial de la provincia, donde se ponen de manifiesto unos procesos relacionados con la estructura y dinámica de los espacios libres imposibles de detectar y analizar a escala estrictamente municipal.

La aproximación que ofrece el SITxell puede ser una buena referencia, pero en ningún caso puede suministrar la información territorial necesaria para la ordenación municipal a la escala precisa. Esto permite, por una parte, asegurar escrupulosamente el ejercicio de la autonomía municipal en el desarrollo de sus competencias de planificación, dado que el SITxell plantea grandes directrices de ordenación, sin entrar en la casuística concreta de cada municipio. Esto no impide que, en determinados casos, y siempre que conceptual y técnicamente sea factible, la información se pueda detallar y complementar a fin de dar respuesta a cuestiones puntuales de ordenación, dando por sentado que esta mayor definición no es automática y precisaría un estudio específico pormenorizado que implicaría, entre otros aspectos, la obtención de información de base a la escala que se plantee.

El ámbito de trabajo del SITxell es obviamente el conjunto de la provincia de Barcelona, con la salvedad de que incluye la totalidad del Parque Natural del Montseny, lo que comporta la incorporación de una pequeña área perteneciente a la provincia de Girona. Sin embargo, los distintos grupos de trabajo pueden utilizar una área mayor (denominada buffer de coherencia), variable en función de sus necesidades, para evitar que al desarrollar índices y combinaciones de coberturas, el límite provincial pueda dar lugar a distorsiones en los cálculos en las zonas periféricas.

Asimismo, y como paso previo a extender la información de base y los análisis sectoriales y globales a todo el ámbito de trabajo, se ha establecido un área piloto de algo más de 500 km2, representativa del paisaje de la provincia. Esta área pretende ser una base de pruebas donde ensayar los métodos de obtención de la información, y de transformación y combinación de las coberturas de base, de forma que se pongan de manifiesto en estas primeras etapas los posibles problemas relacionados bien con la estructura del SIG, bien con alguna de las coberturas en concreto, o bien con la coordinación entre los distintos grupos de trabajo participantes.

Una vez corregidas las posibles anomalías y carencias, se procederá a hacer extensivo el sistema, ya perfeccionado y validado, a todo el ámbito provincial, que corresponde a la fase del proyecto que se está realizando actualmente. Por ello, en el presente artículo se muestran los estudios preliminares desarrollados hasta el momento, así como algunos ejemplos de las potencialidades que ya se desprenden del SITxell.

Primeros resultados


En la actualidad, se dispone ya de buena parte de la información de base del proyecto SITxell, principalmente aquélla que hace referencia a las distintas coberturas incluidas en los módulos del medio. Así, a continuación se detallan las principales bases cartográficas que ya se han incorporado al proyecto en cada uno de los distintos módulos:

  • Geología: Litología, geomorfología, riesgos, elementos de interés.
  • Hidrología: Acuíferos, inundabilidad, hábitats fluviales y valoración sistemas de ribera.
  • Flora, vegetación y hábitat: Hábitats, especies y comunidades de interés, valoración global.
  • Fauna: Distribución de especies, valoración de comunidades y especies indicadoras.
  • Ecología del paisaje: Estructura, flujos, indicadores de heterogeneidad, fragmentación, conectividad, diversidad.
  • Patrimonio cultural: Elementos del patrimonio natural y del patrimonio construido.
  • Socioeconomía: Usos del suelo, análisis de los sectores agrícola, ganadero, forestal y minero, planeamiento urbanístico.

Como ya se ha indicado en el capítulo referente a la estructura del proyecto, a partir de esta información de base cada uno de los grupos de expertos han realizado ya algunos análisis sectoriales propios de sus respectivos campos de trabajo, a partir de los cuales la Oficina Técnica de Planificación y Análisis Territorial ha llevado a cabo las primeras aproximaciones de valoración global del territorio, todo ello ensayado previamente sobre el área piloto.

Esta área de aproximadamente 500 km2, correspondiente a la hoja 363 del Mapa Topográfico Nacional 1: 50 000 de Cataluñaa, fue elegida como zona de ensayo del SITxell debido a que engloba un territorio con una morfología y unos usos del suelo muy diversos y característicos de las principales tipologías de la provincia de Barcelona: zonas urbanas, infraestructuras, áreas agrícolas y forestales, y espacios naturales protegidos, entre otros.

Geográficamente, el área piloto corresponde en su mayor parte a la comarca del Bages, excepto en el extremo sudoriental, que incorpora un sector del Vallès Oriental. Al Oeste incluye el área urbana de Manresa, en una zona prácticamente llana en los márgenes de los ríos Llobregat y Cardener, mientras que hacia el Este el relieve es más montañoso a medida que nos acercamos al Moianès -al Norte- y al macizo de Sant Llorenç del Munt -al Sur- (Mapa 1).

Los usos actuales del suelo vienen fuertemente condicionados por el relieve indicado anteriormente. De esta manera, en las áreas llanas se concentran las zonas urbanas y agrícolas, que predominan en la mitad Oeste del área piloto, mientras que las áreas más montañosas están cubiertas en su totalidad por bosques, tanto de coníferas -pino carrasco, negral y albar- como de planifolios -principalmente encinas y robles- (Mapa 2). Es importante la presencia de zonas dominadas por vegetación arbustiva, correspondientes en su mayor parte a bosques en regeneración tras los importantes incendios forestales, principalmente en la década de los 80.

Análisis sectoriales


Los diversos análisis sectoriales ensayados hasta el momento han buscado la caracterización del territorio a partir de sus atributos, relacionados generalmente con la presencia de elementos de interés, o bien con la vulnerabilidad ante procesos que puedan amenazar la persistencia de sus valores.

Dentro del módulo de geología, además de recoger los principales elementos geológicos de interés, se ha confeccionado una cobertura en la cual se conjugan los riesgos más importantes -inundabilidad, inestabilidad de las vertientes y vulnerabilidad frente a la erosión-, y que condicionan los usos que se pueden dar sobre el territorio (Mapa 3). Lógicamente, el riesgo de inundación afecta a los márgenes de los cursos hidrográficos, mientras que gran parte de las áreas de montaña concentran los riesgos de inestabilidad -en zonas de materiales geológicos fragmentados y con elevada pendiente- y de erosionabilidad -en zonas de formaciones superficiales blandas y en pendiente-.

Dentro del módulos de flora, vegetación y hábitats se ha llevado a cabo una primera valoración de los hábitats a partir del mapa de hábitats de Cataluña. Para ello, a cada hábitat se le ha asociado un valor dentro de una escala cualitativa para los siguientes atributos: rareza, estado sucesional, frecuencia, forma de implantación territorial, intervalo altitudinal, amplitud de exposiciones y valoración en la Directiva de Hábitats de la Unión Europea. Además, se ha añadido la presencia de especies de flora y de asociaciones vegetales raras o amenazadas. Con todo ello se ha generado un valor de conservación para cada hábitat, que se ha representado en una cobertura de valoración de los hábitats (Mapa 4). En general, los hábitats de mayor interés se encuentran en las áreas de montaña, menos transformadas, donde se concentran las comunidades vegetales más diversas y mejor conservadas.

Dentro del módulo de ecología del paisaje, se ha buscado la interpretación y valoración del territorio desde sus atributos funcionales, como se ha indicado en la introducción. Aquí presentamos dos de las aproximaciones realizadas -índice de diversidad paisajística y índice de permeabilidad del territorio- a partir del mapa de hábitats de Cataluña. En los dos primeros índices se ha utilizado una cuadrícula de un kilómetro de lado para la realización de los cálculos. El índice de diversidad paisajística (Mapa 5) representa simplemente el número de usos del suelo distintos que existen dentro de cada cuadrícula, y es un buen indicador de la heterogeneidad del paisaje, que a su vez suele estar asociado a una mayor diversidad biológica (Atauri y de Lucio, 2001; Pino et al. 2000). Los mayores índices de diversidad paisajística se dan en las áreas de contacto entre las zonas de llano y montaña, donde convergen las zonas forestales y agrícolas.

La permeabilidad del territorio representa la facilidad que ofrece el paisaje al hipotético movimiento de los organismos, en función de la continuidad de las cubiertas y de la presencia de barreras. En nuestro caso, se ha estimado mediante un índice de conectancia, a partir de un modelo sencillo de distancia de coste, que corresponde al cálculo de la distancia entre píxeles, asignando unos valores de resistencia al movimiento (impedancia) de los organismos en función de las distintas cubiertas del suelo. Este índice se ha calculado tanto para las cubiertas arboladas como para los cultivos, como ejemplo de hábitats abiertos. La permeabilidad de la área piloto al movimiento de especies forestales es muy elevada, dada la predominancia de los hábitats arbolados. En cambio, el índice de conectancia para los espacios abiertos muestra una elevada impedancia en las áreas de montaña, con lo cual el movimiento de las especies se ve fuertemente limitado en estas zonas (Mapa 6) y, en consecuencia, los valles transversales adquieren una gran importancia para la conectancia entre zonas agrícolas.

Dentro del módulo de usos, se presenta la valoración del dinamismo agrario -que incluye los usos agrícolas, ganaderos y forestales-, a partir del análisis integrado del potencial económico y de la estructura agraria de cada tipo de aprovechamiento agrario (Mapa 7). Tanto los índices de potencial económico como los de estructura agraria derivan de la consideración de múltiples y diversos atributos. En el primer caso, se han tenido en cuenta, entre otros aspectos, el potencial de rendimiento económico, la capacidad de retención de purines y la existencia de Denominaciones de Origen. Para el segundo se han incorporado, por ejemplo, la ocupación en el sector agrario, la densidad de explotaciones y el relevo generacional.

Los índices de dinamismo agrario más elevados indican las áreas donde la actividad agrícola es más sólida, social y económicamente, y, por tanto, es previsible que tenga una mayor continuidad y estabilidad. Por el contrario, los valores más bajos ponen de manifiesto las áreas en las que los usos agrarios presentan una menor fortaleza, y donde se han abandonado ya los aprovechamientos, o bien es previsible que suceda en un futuro próximo.

Análisis globales


La visión que emana de los análisis realizados mediante el SITxell es, lógicamente, la de un territorio global, que constituye un sistema en su conjunto, formado a su vez por dos subsistemas: el de los espacios libres -de carácter principalmente forestal y agrícola-, y el de los espacios ocupados -áreas urbanas y infraestructuras-. Cada uno de los dos subsistemas presenta sus nodos, sus conectores, sus flujos y sus lógicas y dinámicas de funcionamiento. En los lugares donde los elementos básicos de los dos subsistemas se superponen, aparecen los puntos de fricción, y es allá donde las políticas territoriales deben afinar a fin de garantizar el correcto funcionamiento de ambos.

En concreto, a partir de los análisis sectoriales indicados en el apartado anterior, y otros complementarios que no se muestran aquí -como la distribución de las especies de aves nidificantes, la presencia de elementos geológicos de interés o el índice de fragmentación del paisaje-, se ha procedido a una primera valoración global del territorio. El enfoque ha sido la combinación de las coberturas sectoriales, desde un punto de vista cualitativo, con el objetivo de obtener una clasificación del territorio en grandes áreas según sus principales valores ecológicos, sociales y económicos (Mapa 8). El resultado final ha sido un mapa de valoración global, con cinco clases, producto de la siguiente combinación de sus atributos sectoriales:

  • Zona de elevado interés ambiental. Incluye las áreas de máximo interés para los elementos geológicos, la flora, la vegetación, los hábitats, las aves o el paisaje y que precisarían, en consecuencia, de protección específica.
  • Matriz de interés ambiental. Engloba las áreas de elevado interés para la flora, la vegetación, los hábitats, las aves o la conectancia paisajística, o bien que presentan riesgos hidrológicos o geomorfológicos. Estas áreas requerirían una protección básica, consistente en hacer compatibles los usos con los valores y riesgos existentes.
  • Zona de elevado interés agrario. Corresponde a las áreas de máximo dinamismo agrario, en las que los sectores agrícola, ganadero y forestal tienen gran entidad desde el punto de vista social y económico.
  • Zona urbanizada. Áreas actualmente ocupadas por núcleos de población y urbanizaciones.
  • Zona no integrada en ninguna de las categorías anteriores. Constituida por las áreas que no presentan ninguno de los rasgos esenciales para ser incluidas en alguna de las categorías anteriores, y en consecuencia, tienen menos definida su función en el sistema de espacios libres. Por ello, son áreas que deberían dotarse de proyecto para asegurar la coherencia de la funcionalidad del conjunto del territorio. En función de las características de cada uno de estos lugares -situación geográfica, pendiente, calidad del suelo, etc.- podrían incorporarse, en caso necesario, al desarrollo urbanístico con un impacto territorial relativamente bajo (zonas edificadas, parques urbanos o periurbanos), o bien, potenciar sus valores naturales, agrícolas, forestales o paisajísticos mediante una gestión adecuada.

En conjunto, se plantea la visión del territorio como un sistema, formado por diversos tipos de elementos estructurales y funcionales. En primer lugar, existen unas zonas de gran interés ambiental, generalmente en áreas de montaña poco alteradas, que engloban buena parte de los valores naturales y que merecen la máxima preservación. Alrededor de estas zonas se extienden unas áreas seminaturales, formadas por un mosaico de áreas forestales, aprovechamientos agrícolas tradicionales y zonas en regeneración tras perturbaciones, donde son compatibles los usos agrarios con el mantenimiento de los elementos y procesos naturales básicos e imprescindibles para la adecuada dinámica territorial. Finalmente, en las zonas más llanas, se alternan las áreas de mayor interés agrario con las zonas urbanas y las áreas donde el crecimiento urbano seria más compatible, y donde la coexistencia equilibrada de los subsistemas de espacios libres y ocupados radica en que este último se desarrolle permitiendo el mantenimiento de los procesos naturales esenciales.

Posibles aplicaciones


A partir del mapa de valoración global, y a fin de avanzar algunas posibles aplicaciones del SITxell en la línea de desarrollar propuestas que hagan compatible la ocupación del territorio con el mantenimiento de un sistema funcional de espacios libres, se han realizado unos primeros ensayos.

El primero de ellos consiste en proponer unas líneas estratégicas de ordenación de los espacios libres (Mapa 9), entendidas más como unas grandes directrices conceptuales a escala macroterritorial, que como una propuesta de ordenación, ya que para ello haría falta incorporar muchos más parámetros al análisis. Las líneas estratégicas plantean la organización de los espacios libres en grupos funcionales, basándose en el establecimiento de áreas más o menos homogéneas en cuanto a sus atributos, y que podrían ser objeto de una planificación y/o gestión similar.

En primer lugar, se pueden definir unas grandes áreas naturales y seminaturales, donde se concentran buena parte de los valores a proteger -procesos naturales básicos, diversidad biológica, paisaje, etc-, y que constituirían los principales nodos del sistema de espacios libres. Estas áreas serían merecedoras de la máxima protección -se han denominado Zona de protección estricta-, mediante la figura de parque natural, o a través de otras fórmulas de planificación o gestión.

Entre las áreas merecedoras de protección estricta es necesario mencionar especialmente los ámbitos fluviales, que presentan unos valores naturales, territoriales y sociales de primera magnitud. La visión sistémica del territorio ofrece un papel estratégico adicional a estas áreas, a desarrollar mediante un tratamiento adecuado de todo su potencial natural, como corredores biológicos, y como elementos clave en la sustentación de los sistemas humanos (reserva de agua potable, espacios para el ocio, etc).

Las zonas forestales con un menor grado de interés natural y paisajístico han sido calificadas como Matriz forestal, donde son perfectamente compatibles los usos agrarios con el mantenimiento de los procesos naturales esenciales -como la regulación del ciclo hidrológico, la protección contra la erosión y el mantenimiento de la fertilidad del suelo, o la permeabilidad al movimiento de los organismos-, y de un paisaje de calidad. La planificación y gestión de estas áreas muestran una problemática muy compleja, dado que gran parte de los bosques de la provincia de Barcelona no tienen prácticamente ninguna rentabilidad económica, y la falta de gestión lleva al abandono y a menudo a la aparición de procesos de degradación progresiva, o bien súbita, como en el caso de los incendios forestales. La puesta en marcha de una gestión básica -por ejemplo de prevención de incendios- puede ser el punto de partida para preservar los sistemas forestales, a partir del cual se puedan plantear proyectos más ambiciosos, como puede ser la gestión forestal mediante asociaciones de propietarios.

Un punto concreto de la problemática vinculada a los bosques mediterráneos es, como ya se ha indicado, el de los incendios forestales, y de otras perturbaciones o procesos de degradación similares. En las líneas estratégicas para el área piloto se han agrupado las áreas afectadas por los incendios de la década de los ochenta bajo la denominación de Zona de gestión forestal, entendiendo que merecen un tratamiento específico destinado a acelerar su recuperación y potenciar el establecimiento de sistemas con la máxima estabilidad y potencialidad posible.

Gran parte de los espacios libres de la región mediterránea están constituidos por un mosaico de usos agrícolas y forestales (que hemos denominado Mosaico agroforestal), de usos e intensidad muy diversos, que constituye una matriz de vital importancia para el mantenimiento de los procesos ecológicos y territoriales, y cuya planificación y gestión constituye todo un reto, que pasa por valorar adecuadamente este mosaico y dotarlo de un proyecto consistente de futuro. Evidentemente, resulta difícil encontrar fórmulas que garanticen la continuidad de los cultivos en áreas de escasa rentabilidad económica, como en las zonas de montaña, donde estos enclaves tiene sin embargo un papel ecológico y territorial muy valioso, o en el llano, donde este mosaico agrícola y forestal puede ayudar a estructurar el crecimiento urbano, a la vez que aportar beneficios ambientales y sociales. Las políticas públicas tendrán que plantear líneas para el mantenimiento de los valores de estos espacios, sin forzar el sustentamiento artificial de unas actividades en declive, sino más bien gestionando adecuadamente el importante cambio territorial que se está produciendo.

En el caso de la Zona de producción agraria, donde el potente dinamismo del sector garantiza, por el momento, la actividad agrícola, ganadera y forestal, es evidente que hace falta potenciar estos usos asegurando unas prácticas de gestión respetuosas con los valores naturales asociados y de acuerdo con el equilibrio territorial. Por último, la Zona de dinámica urbana incluye las principales áreas urbanas, así como aquellas zonas adyacentes que, por sus características físicas, naturales y socioeconómicas, presentan la mayor potencialidad y el menor impacto para ser incorporadas, de ser necesario, a las lógicas urbanas. Esta posible urbanización tendría que apoyarse en un buen análisis de los espacios libres, a fin de mejorar su encaje territorial. Sería el caso, por ejemplo, de la minimización de los riesgos ambientales -de indudable interés social y económico-, o bien de la planificación de espacios libres directamente asociados a los núcleos urbanos, para garantizar el equilibrio territorial y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Un segundo ensayo, y muy vinculado a los procesos de urbanización indicados, muestra otra potencialidad del SITxell, consistente en poner de manifiesto posibles discordancias, a gran escala, entre la valoración de los espacios libres, y el planeamiento urbanístico vigente. Este ejercicio permite evaluar, por ejemplo, las tendencias de crecimiento urbano en los bordes de los actuales núcleos de población (Mapa 10a), donde en muchos casos se plantean nuevas implantaciones urbanas en zonas que presentan un notable interés agrícola, o bien riesgos ambientales -como la inundabilidad-, en lugar de ocupar zonas, a priori, más adecuadas para ser urbanizadas. Otra muestra sería la detección de urbanizaciones ubicadas en zonas de gran interés natural y paisajístico (Mapa 10b), donde la valoración pone de manifiesto, a menudo, que el planeamiento vigente permite todavía unas expectativas de crecimiento urbanístico del sector que incrementaría todavía más, en caso de desarrollarse, el impacto territorial de estas urbanizaciones.

Estas posibles aplicaciones del SITxell, como ya se ha indicado, son simplemente unos primeros ensayos desarrollados en un área piloto, sobre la base de una parte de la información sectorial. A partir de ahora, es fundamental completar y actualizar la información de base, así como perfeccionar y validar el sistema de análisis para, en una fase posterior, poderlos hacer extensivos al conjunto de espacios libres de la provincia de Barcelona. Asimismo, la puesta en marcha de los mecanismos necesarios para difundir la información entre los sectores implicados, será uno de los aspectos clave del proyecto en un futuro próximo.

A modo de conclusión


Estas fases iniciales del proyecto SITxell ya ponen de manifiesto la idoneidad de la ecología del paisaje como marco conceptual para la ordenación del territorio en el contexto mediterráneo. Se evidencia la importancia de conocer a fondo los elementos y procesos que intervienen en la dinámica de los espacios libres, a partir de la definición, caracterización e interrelación de sus atributos.

Cualquier planteamiento de ordenación territorial basado en este conjunto de conocimientos necesita dotarse de un sistema de información geográfica, como instrumento potente y versátil para el análisis y la diagnosis del sistema de espacios libres.

Disponer de un marco teórico claro y de instrumentos idóneos permitirá corregir ciertas tendencias de implantación y reorientar los desajustes y fricciones provocados por la ocupación del territorio, así como potenciar las prácticas de gestión que favorezcan los valores de los espacios libres, de forma que se haga compatible el desarrollo socioeconómico con la persistencia de la funcionalidad de los sistemas naturales.

Bibliografía


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Mapas


Mapa 1

Topográfico de la área piloto, correspondiente a la hoja 363 del Mapa Topográfico Nacional 1: 50 000 de Cataluña.

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Mapa 2

Hábitats de la área piloto, obtenido mediante la reclasificación realizada por los autores sobre el mapa de hábitats de Cataluña (Universidad de Barcelona y Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña).

 

Mapa 3

Principales riesgos geológicos (Departamento de Geodinámica Externa y Hidrogeologia, Universidad Autónoma de Barcelona).

Mapa 4.

Índice de valoración de los hábitats (Grupo de Geobotánica y Cartografía de la Vegetación, Universidad de Barcelona).

Mapa 5

Índice de diversidad paisajística por cuadrículas UTM de 1 km2 (CREAF).

Mapa 6

Índice de conectancia para los espacios abiertos, generado a partir de un modelo de distancia de coste (CREAF).

Mapa 7

Índice de dinamismo del sector agrario (Àmbit Rural, Unió de Pagesos).

Mapa 8

Valoración global del territorio.

Mapa 9

Líneas estratégicas de ordenación de los espacios libres.

Mapa 10

Ejemplos de superposición de la valoración global del territorio y el planeamiento vigente: a) núcleo de población; b) urbanización.

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