El inventario como herramienta
Es evidente, y la Convención también lo recoge así, que un inventario no puede ser en ningún caso el objetivo último de la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial. El inventario es sólo el primer paso necesario, indispensable, de las acciones de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial. No es posible trabajar para el estudio, la transmisión, la difusión, la pervivencia de lo que no se tiene convenientemente identificado. Pero también es cierto que si el inventario no encuentra pronto otra utilidad, si no va seguido de otras acciones de salvaguarda que garanticen la continuidad de los elementos identificados, va perdiendo sentido y corre el riesgo de caducar ante la evolución de la realidad social y cultural, que puede implicar la aparición, modificación o desaparición de elementos.
Difusión
Para que un inventario pueda tener una utilidad real, es indispensable hacer difusión entre todas las partes implicadas en la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial. Como ya se ha señalado, es conveniente que todas estas partes participen ya en el proceso de elaboración del inventario, porque esto facilitará su implicación en otras acciones de salvaguardia. Esto afecta en primer lugar la administración, tanto la local como la general, que es a quien corresponde velar por la salvaguarda del patrimonio y por la aplicación de la Convención. Pero también afecta a todas las instituciones, públicas o privadas, que trabajan en el ámbito social, cultural o ambiental, así como los expertos en estos ámbitos. Y ciertamente afecta a la población local y las personas que directamente practican o mantienen vivo este patrimonio, ya sea individualmente o a través de las formas de organización colectiva que hayan generado. Por lo tanto, hay que diseñar mecanismos que permitan que la información sobre el proceso de elaboración del inventario llegue a todos estos sectores.
Ahora bien, una vez esté terminado el inventario y se disponga ya de una información definitiva, hay hacerlo otro tipo de difusión, que debe ser menos intensa pero más duradera en el tiempo. En este momento ya no es tan importante la implicación de nuevas instituciones y personas en el proceso de identificación del patrimonio cultural inmaterial, como la concienciación sobre una parte de nuestra cultura que requiere nuestra colaboración para encarar el futuro. Esta tarea inacabable que comienza en el momento que termina la realización del inventario, debe ser compartida, en función de sus posibilidades, para todas las instituciones, entidades y personas que han colaborado en el inventario, a partir de las cuales convendría generar un proceso de difusión gradual del inventario y al mismo tiempo de la contribución que el patrimonio cultural inmaterial puede hacer a favor del desarrollo sostenible.
Esta difusión debe prever sin embargo la posibilidad de que algunas personas o entidades quieran hacer aportaciones al inventario. Es difícil que haya podido llegar a todas ellas antes o durante el proceso de trabajo, pero como ya se ha dicho un inventario hay que ir actualizando regularmente y, por tanto, siempre es posible y enriquecedor ir recogiendo estas aportaciones para tenerlas en cuenta en el momento de poner al día la información. Sería conveniente, pues, dejar abierta una puerta a las nuevas contribuciones que puedan ir llegando.
La experiencia del Montseny
Al comienzo de la colaboración con las instituciones del Montseny ya constatamos la necesidad de que la relación que durante todo el proceso se estableciera con personas, entidades e instituciones locales no fuera únicamente en una dirección, no consistiera sólo en una recogida de información para alimentar un producto final que después quedara olvidado. Se trataba de que los resultados finales devolvieran a sus protagonistas, que de este modo comprueban directamente la utilidad y el uso que se ha hecho de su contribución. Esto, por otra parte, puede servir de estímulo para nuevas colaboraciones.
Para comunicar los resultados del proyecto se previó disponer de una página web que incluyera el inventario y una breve explicación de cómo se ha realizado y las personas e instituciones que han colaborado. También se preveía ya la edición de material que, como la web, se ha hecho en cuatro idiomas: catalán, castellano, inglés y francés. Pero a medida que avanzaba el proyecto se iba afianzando la idea de que había que pensar otros mecanismos de difusión que llegaran más directamente a la población implicada. Por ello se ha pensado en primer lugar en cuatro actos de presentación en los mismos municipios donde se llevaron a cabo sesiones informativas y de debate dentro del plan de participación. Además, hemos diseñado dos proyectos de continuidad: una exposición itinerante acompañada de actos públicos de inauguración y la edición de un vídeo divulgativo elaborado en base a los registros realizados y completado con un guión adaptado, dos iniciativas que se harán efectivas luego que se consiga la financiación necesaria.
Por eso recomendamos:
- Que el inventario se enmarque en un plan general de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial.
- Que todas las acciones de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, independientemente de quien las promueva, impliquen todas las partes relacionadas: administraciones públicas, instituciones, comunidad, expertos, entidades.
- Que se prevea la difusión posterior del inventario, tanto de forma íntegra como de partes del inventario que puedan interesar colectivos específicos (artesanos, personas sensibilización as por medio ambiente, entidades locales ...).
- Que la difusión no se limite a la edición de materiales divulgativos, sino que incluya la realización de actos públicos donde las personas asistentes tengan la oportunidad de intervenir.
- Que la información sobre el inventario esté disponible a través de un sitio web, que sirva también de canal para recoger nuevas aportaciones.
- Que los mecanismos para recoger nuevas aportaciones se mantengan abiertos permanentemente.
- Que se prevea la actualización del inventario a partir de las nuevas aportaciones recogidas. Estas actualizaciones deberían hacerse como máximo dentro de un plazo de 5 años.
Contribución al desarrollo sostenible
Es necesario que todos los agentes trabajen juntos para dar continuidad a la tarea de salvaguarda que se inicia con el inventario. Y en el caso concreto que nos ocupa, el de un inventario en una reserva de la biosfera, la primera utilidad debe ser la de contribuir al desarrollo sostenible, entendido no sólo como desarrollo económico, sino también como desarrollo humano, porque el principal objetivo de las reservas de la biosfera es que la población que vive pueda desarrollarse plenamente en ese territorio y mantener su estructura social sin verse obligada a emigrar para mejorar su calidad de vida.
La experiencia del Montseny
Uno de los objetivos del proyecto era identificar aquellos elementos del patrimonio cultural inmaterial que pueden contribuir al desarrollo sostenible. A medida que iba avanzando el proyecto se ha hecho evidente que, en el fondo, todos los elementos pueden contribuir al desarrollo sostenible; y aunque posiblemente algunos, por sus características, su visibilidad o su eco social pueden contribuir de manera más efectiva, a fin de cuentas todo depende de las acciones concretas que se lleven a cabo sobre cada elemento.
Del proyecto se concluye que cualquier elemento del patrimonio cultural inmaterial puede contribuir en mayor o menor medida al desarrollo sostenible en función de la gestión que se haga. Habrá que establecer líneas básicas de gestión del inventario que permitan contribuir al desarrollo sostenible en cualquiera de sus dimensiones (ambiental, social o económica) y priorizar las acciones a desarrollar en función del contexto y realidad de cada reserva de la biosfera, espacio natural protegido u otros territorios.
Dado que las reservas de la biosfera son lugares que buscan reconciliar la conservación de la diversidad biológica y cultural con el desarrollo social y económico se han identificado como espacios donde toma mucha relevancia no sólo la preservación de la biodiversidad sino también la salvaguarda de la diversidad cultural que se encuentra íntimamente relacionada. Ahora bien, en muchos casos hay más experiencia en las funciones de conservación de la biodiversidad que en el fomento del desarrollo económico y social de este territorio. En este sentido se han identificado tres líneas estratégicas:
- Conservación: en este proyecto queremos ampliar la visión de la conservación basada principalmente en la biología, para incluir dentro de la conservación los usos, las representaciones, las expresiones, los conocimientos y las técnicas que las comunidades o los individuos reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural y que al mismo tiempo contribuyen a su propio desarrollo sostenible. La conservación de la que hablamos tiene en cuenta la evolución de todos los elementos que queramos salvaguardar, no se pretende conservar de forma estática sino dejar que los elementos y los ecosistemas evolucionen de una forma racional y dentro de una escala temporal adecuada para irse adaptando a los nuevos tiempos.
- Desarrollo humano: es la línea estratégica que debe potenciar las personas ampliando sus oportunidades y permitiendo su participación en la toma de decisiones. Los objetivos principales del desarrollo humano son: que las personas tengan una vida larga y saludable, que tengan conocimientos y que puedan acceder a los recursos necesarios para 28 adquirir un nivel de vida digno. Esta concepción de desarrollo incluye también el desarrollo económico de la población y del territorio.
- Sensibilización: entendemos como sensibilización las actividades que se llevan a cabo para comunicar los valores de una reserva de la biosfera al público visitante. Estas actividades deberían provocar un cambio de hábitos en el sentido de mejorar el respeto y el conocimiento tanto hacia la diversidad biológica como para con la diversidad cultural que le son propias. En este proyecto hemos querido concretar algunas posibles líneas de acción para cada una de las subcategorías en que se clasifican los elementos del inventario con respecto a las dimensiones ambientales, sociales y económicas. Este documento está disponible en la página web del proyecto.
Por eso recomendamos:
- Que se tengan en cuenta las dimensiones ambientales, sociales y económicas del desarrollo sostenible.
- Que tanto en la documentación inicial como durante el trabajo de campo se tenga en cuenta la recogida de información sobre la contribución de los elementos al desarrollo sostenible.
- Que se explicite un campo de contribución al desarrollo sostenible en la ficha de recogida de información del trabajo.
- Que a partir de la reflexión general sobre la posible contribución de cada categoría al desarrollo sostenible y sobre la base de la información recogida durante las fases de documentación y trabajo de campo, se incorpore a la gestión de la reserva de la biosfera acciones concretas relacionadas con el patrimonio cultural inmaterial.