Flora y vegetación
Hojas de roble
Por su ubicación geográfica, la Cordillera de Marina se encuentra situada de pleno en una región biogeográfica mediterránea con una notable riqueza de especies y diversidad de sistemas naturales.
A grandes rasgos, la orientación sombría de las vertientes vallesanas de la Cordillera permite que se den las formaciones propias de zonas más húmedas, como por ejemplo los encinares y robledales, los primeros incluidos entre los hábitats de interés comunitario, que muestran una regeneración natural muy buena después del incendio de 1994. En la umbría de la Sierra de Marina se describe el encinar litoral despejado, que es la formación más abundante, pero, en realidad, y en función del rincón, puede encontrarse una maleza de estepas y brezos, una zona con predominancia de estepas o áreas más degradadas en las que dominan el romero y la aulaga morisca.
Los sistemas naturales de las vertientes de solana son propios de zonas secas, de crecimiento más lento y, en consecuencia, de menor desarrollo durante el proceso de regeneración después de perturbaciones. En las líneas de cresta de solana destaca la garriga, pero también pueden encontrarse elementos del encinar despejado, de la maleza de estepas y brezos, manchas de albaida e, incluso, algunas zonas de rompebarrigas. En las vertientes de solana puede dominar la maleza de albaida, que se puede mezclar con clapas de garriga o de estepas, prados de cerrillo, etc.
En general, la vegetación de estas orientaciones está constituida principalmente por comunidades arbustivas y herbáceas, con algunas clapas arbóreas, principalmente de pino piñonero. En este contexto existen numerosas formaciones de gran interés, tanto por su rareza, vulnerabilidad, singularidad y estado de conservación como los prados de cerrillo -reconocidos de interés comunitario-, y las malezas, garrigas y maquias, de gran diversidad florística y faunística.
Mención especial merecen las comunidades de ribera, de extremo interés intrínseco por la acumulación de valores naturales y funcionales, ya que constituyen una verdadera red de conectores biológicos que permiten el mantenimiento de los flujos entre las diversas zonas del parque. Entre las principales comunidades cabe destacar los sauzgatillos, que aún perduran a lo largo de diversas rieras de la vertiente costera, y los magníficos bosques de ribera, con especies tan significativas como el aliso, el avellano y el roble africano, de la vertiente del Besòs, todas ellas incluidas en los hábitats de interés comunitario, y últimos reductos de estos ecosistemas.
Sin lugar a dudas, los campos de sauzgatillos representan una de las comunidades más especiales de la Sierra de Marina, dado que en Cataluña sólo se encuentran dos grandes zonas de distribución de los mismos ( Vinco-Viticetum agni-casti ): una en la cuenca baja del río Ebro y otra al Noroeste, cuyo límite meridional estaría marcado por las poblaciones de la Cordillera Litoral. En esta comunidad, propia de las ramblas mediterráneas, se encuentran el sauzgatillo ( Vitex agnus-castus ), el granado (Punica granatum), ), la malva olbia ( Lavatera olbia ), la sombrerera (Petasites fragans) y la hierba doncella (Vinca major) . Actualmente, no obstante, muchos tramos de los campos de sauzgatillos están bastante degradados e invadidos por el cañaveral y el zarzal que predominan en la zona. Pese a todo, se mantienen algunos tramos bien conservados en los que los campos de sauzgatillos forman franjas bastante amplias a ambos lados de los torrentes, en los que se encuentran sauzgatillos de dimensiones remarcables. Cabe mencionar la riera de Canyet (con unos 200 m, con sauzgatillos que presentan troncos de unos 30 cm de diámetro), y el torrente de Pomar. En Sant Jeroni de la Murtra se encuentra el campo de sauzgatillos mejor conservado, con una longitud de unos 300 m entre la balsa de Sant Jeroni y la autopista B-20.
Por cuanto hace a las plantas con flor, el catálogo es mucho más completo. Cabe destacar la presencia de especies de carácter eurosiberiano, como el aliso ( Alnus glutinosa ), el acebo (Ilex aquifolium), el evónimo (Euonymus europaeus), o el arce negro (Acer monspessulanum). Once especies presentan su límite meridional de distribución en esta zona, y tres de ellas (Ampe lodesmos mauritanica, Anthyllis cytisoides i Solanum rostratum) el septentrional. Así mismo, en ella se localizan tres especies endémicas catalanas: Ophrys catalaunica, Salvia nemorosa ssp. valentina i Sarothamnus catalaunicus.
Plantas de matorrales y bosques