A causa del incremento de la superficie forestal, la falta de depredadores naturales y la baja actividad humana en los bosques, las poblaciones de jabalí han experimentado aumentos muy importantes en las últimas décadas y la caza es el principal mecanismo para controlar este crecimiento. Por este motivo y debido también a los conflictos que los jabalíes provocan, por ejemplo, daños a los cultivos, accidentes en las carreteras y afectación a otras especies de fauna, está permitido cazar.