La normativa vigente de prevención de incendios establece que los restos de talas (aprovechamientos forestales) se tienen que eliminar dentro de una franja de 20 metros a ambos lados de los caminos. Más allá de esta distancia, se permite dejar el ramaje siempre que se trocee y se disponga en el suelo. Se ha comprobado que dejar los restos de tala in situ resulta beneficioso por la incorporación de nutrientes al suelo cuando estos se descomponen y ofrece otras ventajas para la conservación del bosque como, por ejemplo, protección contra la erosión, aumento de la retención de agua o asentamiento de flora y fauna asociada a la madera muerta y podrida.
Además, los restos pueden llegar a frenar el avance del fuego en caso de incendio y reducir la probabilidad de que las llamas lleguen a las copas.
Para más información, puedes consultar este vídeo explicativo sobre la importancia de dejar los restos vegetales en el suelo.