Ermita de Sant Martí
La ermita de Sant Martí, con una única nave de bóveda de cañón apuntada, un ábside semicircular y una cubierta a dos aguas, es un edificio de estilo románico. La puerta de arco de medio punto se sitúa a mediodía. La ermita conserva los restos del inicio de un campanario de espadaña, en los cuales sigue habiendo dos travesaños de madera para sostener las campanas, hoy día desaparecidas. Precisamente la bóveda apuntada de la nave permite fechar su construcción en una horquilla que iría del siglo XII al XIII. Sin embargo, en el año 877 ya se documenta por primera vez un centro de culto con una fecha de fundación incierta y que podría corresponder a la ermita de Sant Martí.
El interior presenta un revestimiento de yeso y mortero, salvo el ábside, que es de piedra vista. Detrás del altar se conserva una reproducción de una parte de las pinturas originales con escenas de la vida de san Martín y la figura del buey alado que representa a san Mateo. El presbiterio está separado de la nave por una reja acabada en forma de puntas de lanza. Las pinturas pertenecen al estilo gótico lineal muy temprano.
En 1576, el priorato de Sant Miquel del Fai se unió al arcedianato mayor de la Catedral de Gerona, regentado entonces por Jaume d'Agullana. Por lo que parece, esta unión no comportó cambios importantes para la capilla de Sant Martí.
Finalmente, a mediados del siglo XIX, la Iglesia perdió su propiedad, muy probablemente durante la desamortización de Espartero de 1841.
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