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Puente del Rossinyol


Patrimonio arquitectónico

Este puente atraviesa el torrente del Rossinyol y nos da una bienvenida elegante al conjunto histórico de Sant Miquel del Fai. En 1576, Gregorio XIII unió el priorato de Sant Miquel del Fai al arcedianato mayor de la Catedral de Gerona, que en aquellos momentos ocupaba Jaume d’Agullana. Así, el priorato de Sant Miquel del Fai quedó secularizado, pero la bula papal exigía su dignificación. El arcediano Agullana se esforzó por cumplir ese mandato y construyó el puente del Rossinyol, pero también el paso de La Foradada, la entrada fortificada y el casal prioral de estilo gótico. El puente se levantó en 1592 y facilitó el acceso al monasterio, que hasta entonces era por las escaleras de Sant Miquel y consistía en unos peldaños de madera hechos a partir de estacas clavadas en la pared, un acceso que ya en el siglo XIV provocó las protestas de algunos parroquianos.

El puente del Rossinyol es de estilo románico y, si lo observamos detenidamente, podemos apreciar su tipología constructiva de bombeo, caracterizada por un arco de medio punto claramente rebajado. La pendiente de su calzada varía: es menor en el lado de entrada del puente y más acentuada en el lado opuesto, de acceso al complejo histórico. El intradós, es decir, la superficie inferior y cóncava del ojo del puente, está formado por piezas bastante regulares. El pavimento es heterogéneo, con tramos de guijarros del río, rajuelas de piedra y adoquines. Si nos fijamos, podemos ver la presencia de trompas a ambos lados del arranque del arco. Las trompas son pequeñas bóvedas que sirven de solución constructiva para descargar el arco.

Vegetación y flora

Antes de cruzar este puente, fijémonos en el arroyo que le da nombre. El río Rossinyol o torrente de Roca Gironella nace en el municipio de Sant Martí de Centelles (Osona) y forma parte de la cuenca hidrológica del río Besòs. Sus aguas afluyen en el río Tenes, justo debajo de Sant Miquel del Fai. Estos dos ríos conforman el paisaje fluvial que singulariza el paraje.

Los bardaguerales (bosques o rañas de Salix atrocinerea) son los bosques de ribera más abundantes de este curso de agua. En hondonadas y márgenes del río Rossinyol crecen muchas especies leñosas caducifolias. Por su rareza local, destacaríamos algunos pies aislados de arce menor (Acer campestre) y de álamo temblón (Populus tremula).

En los charcos próximos al río, aprovechando la riqueza de carbonatos, crece un género de algas verdes (Chara spp.), si bien estas poblaciones son de extensión fluctuable y siempre están supeditadas a la variabilidad de caudales y al riesgo de aguaceros. Su presencia indica aguas limpias.

Cerca del puente del Rossinyol, con un poco de suerte, puede que localicemos algún rodal de una planta rupícola, como la oreja de oso (Ramonda myconi). Esta especie abunda en los Pirineos, pero es bastante rara en la cuenca del río Besòs, donde se limita a las montañas calcáreas de la cordillera Prelitoral, concretamente a las rocas sombrías y musgosas.

Fauna

La vegetación de ribera propicia la aparición de diferentes especies de fauna vinculadas en mayor o menor medida a ambientes húmedos. De esta manera, destaca la presencia y abundancia de mariposas como la olmera (Nymphalis polychloros), la c-blanca (Polygonia c-album), la ninfa de los arroyos (Limenitis reducta) o la tornasolada chica (Apatura ilia). Entre los anfibios, la rana verde (Pelophylax perezi) es la especie más abundante, mientras que ofidios acuáticos como la culebra viperina (Natrix maura) o la culebra de collar (Natrix natrix) también están presentes en el río Rossinyol.

Gracias a la abundancia de insectos propia de los medios fluviales, es muy frecuente la presencia de los murciélagos acuáticos, que los capturan sobrevolando sin descanso la lámina de agua.

El martín pescador común (Alcedo atthis), la lavandera blanca (Motacilla alba) y el ruiseñor bastardo (Cettia cetti) son algunas de las especies de aves vinculadas a los ambientes acuáticos que podemos ver u oír cerca del río Rossinyol. Recientemente también se ha detectado algún ejemplar de zorzal alirrojo (Turdus iliacus), una especie invernante nada infrecuente en la Cataluña húmeda y septentrional, pero más bien escasa hacia el sur.

 

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