Espeleología
El relieve más destacado del paisaje del Garraf es el moldeado cárstico a partir de la piedra caliza. Ésta, que compone casi la totalidad del macizo, en contacto con el agua y el aire, y a través de fenómenos de disolución, da lugar a múltiples cuevas, simas, dolinas y lapiaces que los aficionados a la espeleología conocen y han frecuentado desde hace casi un siglo. De hecho, el macizo de El Garraf, a pocos kilómetros al sur de Barcelona, representa la cuna de la espeleología catalana.
Esta multiplicidad de simas, muy atractiva para los espeleólogos, representa sin embargo un peligro potencial para los paseantes, por lo que hay que extremar la precaución cuando se camina por el Parque. No salgáis de los senderos señalizados y tened cuidado de los niños y los animales de compañía, que deben ir atados.
Recordemos que la espeleología es una actividad deportiva y científica cuya práctica requiere formación especializada, no sólo por la propia seguridad, sino también para evitar impactos ambientales en un medio altamente frágil y sensible como es el mundo subterráneo.
La presencia de visitantes con una actitud poco respetuosa puede representar una importante perturbación para el medio físico de las cavidades y para la fauna que vive allí, especialmente en determinadas épocas del año. Por ello, la Diputación de Barcelona ha puesto en marcha un programa de protección del medio subterráneo que incluye medidas encaminadas a ordenar su frecuentación y otras específicas para la preservación.
Éste es el caso de la sima de l’Esquerrà (Olesa de Bonesvalls), a la que no se puede acceder entre el 1 de abril y el 31 de julio a fin de proteger la fauna cavernícola.
Por otro lado, el macizo de El Garraf está sometido al impacto ambiental provocado por el antiguo depósito controlado de residuos urbanos de Barcelona situado en el valle de En Joan, entre los municipios de Gavà y Begues. Inaugurado en 1974 y clausurado en 2006, actualmente se encuentra en fase de restauración, pero las secuelas ambientales siguen vigentes, como se desprende de los resultados del seguimiento periódico de las cavidades que realiza la Federación Catalana de Espeleología (FCE) en colaboración con el Parque de El Garraf:
“Los valores de concentraciones de O2 y CO2 medidos en las cavidades varían en el tiempo y han empeorado en los dos últimos años. Se ha constatado la contaminación por biogás en muchas de las cavidades con incrementos de CO2, disminuciones de O2 con valores mortales en algunas profundidades y presencia en algunas cavidades de metano (CH4) y monóxido de carbono (CO).”
Por esta razón, SE RESTRINGE TEMPORALMENTE la visita o exploración a las simas siguientes con atmósferas letales:
- Sima de la Ruda
- Sima de Aritjols
- Sima de Ramon Valls
- Sima de la Sibinota / Sivinota
La restricción permanecerá hasta que se recuperen el niveles de seguridad, por lo cual la FCE ha implementado un seguimiento en continuo, del cual irá informando.
Las simas indicadas a continuación, con atmósferas muy empobrecidas en oxígeno, NO se pueden visitar sin un detector de gas de oxígeno. Hay que sondear los pozos antes de bajarlos, puesto que el CO₂ se acumula en profundidad:
- Sima Carles Selicke
- Sima del GIESC
- Sima de la Asensi
- Sima del Llamp
Para el resto de cavidades de la zona de Campgràs, es recomendable utilizar el detector.
No seguir estas indicaciones puede suponer sufrir un grave accidente.
La Federación tiene analizadores de gases a disposición de los clubes, y el Parque tiene uno en la Pleta a disposición de los espeleólogos.
La Comisión de salud y control ambiental de la FCE y la Diputación de Barcelona seguirán trabajando en el seguimiento de la contaminación de las atmósferas de las cavidades de esta zona, pero no pueden hacerse responsables si alguien decide entrar a cualquier cavidad. En la web de la Federación hay la información más reciente que se ha podido recopilar.