Patrimonio construido
Por su ubicación privilegiada, la Cordillera de Marina ha estado secularmente ocupada por el hombre, tal como demuestran los poblados ibéricos de Puig Castellar, les Maleses y la colina de en Boscà. El patrimonio artístico y cultural, catalogado en su mayor parte, contiene elementos arquitectónicos únicos, como por ejemplo la Cartuja de Montalegre, Sant Jeroni de la Murtra y Sant Pere de Reixac, además de numerosas masías muy relevantes que, en sus partes bajas, dan lugar a un paisaje agrícola y forestal de gran atractivo, pero amenazado por los cambios económicos y urbanísticos.
Santa Maria de Montalegre es una de las pocas cartujas que perduran, en activo, en Cataluña. Los diferentes sectores religiosos construidos en el siglo XV fueron: el espacio para los conversos, los espacios comunitarios, con la iglesia gótica, el comedor, la sala capitular y un claustro, y los espacios para la vida eremítica, con treinta celdas alrededor de dos grandes claustros. Como monasterio tuvo su máximo esplendor durante los siglos XVII y XVIII. Hoy acoge una comunidad de padres y hermanos.
El poblado ibérico de Puig Castellar se encuentra situado en el término municipal de Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès); concretamente en la cima del Turó del Pollo (303 m). El Puig Castellar es un poblado ibérico de la tribu de los layetanos, cuya época dorada transcurrió entre el s. VI a. C. y el III a. C., y fue uno de los poblados importantes de la zona que abarcaba esta tribu ibérica. Los descubrimientos hechos durante las excavaciones están repartidos por diversos museos, de los cuales cabe destacar el de la Torre Balldovina (Santa Coloma de Gramenet) y el Arqueológico de Barcelona.
- Huellas y testigos de la ocupación humana (texto en catalán) [Pdf]