Vegetación
La situación geográfica, el relieve y las variaciones climáticas entre las vertientes interiores y las que miran al mar condicionan y dan diversidad a la vegetación que cubre estas sierras. La proximidad del mar, que proporciona un grado suplementario de humedad ambiental, especialmente en verano, también favorece el desarrollo de una vegetación exuberante enriquecida con numerosas especies de carácter centroeuropeo e, incluso, atlántico.
Las masas forestales son casi continuas en el interior del parque e incluyen una gran diversidad de comunidades vegetales con una importante riqueza florística (más de 1.000 especies de plantas superiores). Destacan, igualmente, el interés micológico y biológico tanto del Montnegre como del Corredor.
Las formaciones más extendidas son los encinares y los alcornoques, estos últimos favorecidos por el interés económico asociado a la industria del corcho. Los pinares de pino piñonero, también muy abundantes, caracterizan el paisaje de las vertientes marítimas del Maresme, en las que ocupan viñas y cultivos abandonados en los últimos 150 años.
En la parte más alta del Montnegre destacan, por su interés científico y paisajístico, los robledales de roble africano y de roble de hoja grande. Entre los robles crece una gran variedad de especies vegetales de afinidad centroeuropea, como algunos pies de haya que subsisten a causa de la elevada humedad de las líneas de cresta.
En la umbría del Montnegre, entre avellanos y encinares, encontramos aún importantes plantaciones de castaños. En las zonas más húmedas y a la orilla de los muchos torrentes y rieras que bajan hacia Tordera se conservan magníficos alisares.