Patrimonio construido
Dada la configuración del relieve, tanto el Maresme como el Vallès Oriental han sido desde muy antiguo zonas de paso. Ello ha favorecido los intercambios, que han consolidado la población y las actividades económicas de la zona y han caracterizado su desarrollo. Con todo, el asentamiento humano, si bien es muy antiguo en todo el ámbito, siguió un curso muy diferente en la llanura litoral, en las Cordilleras y en los valles interiores. Al principio la población se estableció en los valles de la Cordillera litoral, donde se encuentran las villas que fueron a menudo los núcleos originarios de las poblaciones costeras, los primeros barrios marineros, que empezaron a independizarse hacia el siglo XVI, pero que, por la amenaza de la piratería, no se reafirmaron hasta finales del siglo XVIII. También es característica de la zona la diseminada población del macizo, debido a la relativa facilidad en el aprovisionamiento de agua.
Testimonio de la antigüedad de este poblamiento son los dólmenes de Pedra Gentil (cerca de Vallgorguina) y de Pedra Arca (entre Llinars del Vallès y Vilalba Sasserra), así como los restos de asentamientos ibéricos en los poblados de la colina del Vent y del pico del Castell (entre Can Bordoi y el Far). Alrededor del recorrido, por la pista principal que va de Can Bordoi hasta cerca de Vallgorguina, pueden encontrarse construcciones arquitectónicamente notables, como la iglesia de Sant Cristòfol, al lado de Can Bordoi, documentada en 1025 y reconstruida a principios de siglo, y el mismo Can Bordoi, documentado en el siglo XIII. Más allá se encuentra la iglesia de Sant Andreu del Far, que recibió el nombre de Bonaconjunta el año 1164. En el punto culminante de este sector está el santuario del Corredor, nombrado ermita el año 1544 y reconstruido posteriormente según las directrices artísticas del estilo gótico tardío.
En las vertientes más cercanas al mar también se pueden ver restos de arquitectura religiosa, como la ermita de Llorita (siglo XVI) o la iglesia prerrománica de Sant Martí de Mata, restaurada en el siglo XVI. En el sector del Montnegre, los asentamientos humanos son más frecuentes en las partes bajas de la Cordillera, ya que el relieve es bastante más occidental que en la zona del Corredor.
En general, encontramos antiguas parroquias aisladas por la falta de buenas vías de comunicación. Son particularmente relevantes las de Fuirosos, Ramió, Vallmanya y Hortsavinyà. También se pueden encontrar ermitas en lugares suficientemente elevados, como Santa Maria, Sant Martí y l'Erola, y las ruinas del antiguo monasterio de Roca-Rossa. Más cerca del mar hay construcciones importantes como el castillo de Montpalau, la iglesia de Sant Pere de Riu y el acueducto romano que se encuentra en el paseo de Hortsavinyà, al lado de Pineda de Mar.
Más información: El megalitisme al Parc del Montnegre i el Corredor [PDF, texto en catalán]