Actividad económica
El paisaje que hoy conocemos del Montseny es fruto de las actividades que han desarrollado las personas. Desde el aprovechamiento del bosque para madera y leña, a la ganadería, pasando por la agricultura. Desde hace muchos años, el hombre ha modificado la montaña de acuerdo con sus necesidades. Los primeros pobladores neolíticos hicieron de la ganadería su principal actividad, que aún persiste de dos formas distintas: extensiva en las partes culminantes y de suave relieve, e intensiva en las diferentes explotaciones agropecuarias, de carácter más industrial en las llanuras que rodean el macizo.
La explotación del bosque ha pasado por diferentes periodos, desde la extracción de los mejores árboles (muchos de ellos, abetos) para fabricar mástiles en la época de expansión territorial por el Mediterráneo, en la Edad Media, hasta los modernos encinares de encina para leña y carbón para consumo doméstico e industrial. Últimamente, la introducción de nuevas fuentes de energía y el uso de los derivados del petróleo ha provocado que la actividad de extracción de leña haya disminuido mucho, y sea casi exclusivamente para uso doméstico. Otras maderas que se aprovechan son el castaño (de importancia capital hasta mediados del siglo XX para la industria gatera), coníferas y árboles de ribera, especies con productividad interesante desde el punto de vista del rendimiento económico. El bosque también ha dado otros frutos, que han sido aprovechados con mayor o menor intensidad dependiendo de los intereses industriales del momento: corcho, piñas, cepas de brezo para hacer pipas, etc..La explotación del bosque ha pasado por diferentes periodos, desde la extracción de los mejores árboles (muchos de ellos, abetos) para fabricar mástiles en la época de expansión territorial por el Mediterráneo, en la Edad Media, hasta los modernos encinares de encina para leña y carbón para consumo doméstico e industrial. Últimamente, la introducción de nuevas fuentes de energía y el uso de los derivados del petróleo ha provocado que la actividad de extracción de leña haya disminuido mucho, y sea casi exclusivamente para uso doméstico. Otras maderas que se aprovechan son el castaño (de importancia capital hasta mediados del siglo XX para la industria gatera), coníferas y árboles de ribera, especies con productividad interesante desde el punto de vista del rendimiento económico. El bosque también ha dado otros frutos, que han sido aprovechados con mayor o menor intensidad dependiendo de los intereses industriales del momento: corcho, piñas, cepas de brezo para hacer pipas, etc..
La agricultura se ha desarrollado sobre todo alrededor de las masías repartidas por la montaña. Fue en el siglo XIX cuando se dio la máxima expansión: era la época en la que había mayor número de masías en funcionamiento en la montaña. (Es posible que la mitad fuesen construidas entonces.) La agricultura, aunque asociada a estas pequeñas unidades de explotación, tuvo su máxima extensión. Fue la época de las artigas en las partes más altas de la montaña, y de las vertientes más escarpadas añadidas. Una vez este modelo entra en crisis, ya en el siglo XX, se abandonan muchas masías y las artigas, y muchos campos y bancales dan paso a plantaciones de coníferas, muchas introducidas, que marcan en buena parte el paisaje de muchos lugares de la montaña. Actualmente, la agricultura se limita sobre todo a pequeñas explotaciones, muchas de carácter lúdico, vinculadas igualmente a las casas de payés.
La principal actividad económica en el Montseny de hoy está vinculada al sector terciario, para dar respuesta a la fuerte demanda del visitante: restaurantes, alojamientos rurales, equipamientos pedagógicos, cámpings y otras empresas de este sector. También la construcción es un sector que da trabajo a muchas personas, especializada sobre todo en la rehabilitación de edificaciones de cierta antigüedad.
A pesar de sus principales industrias, hoy el Montseny se ha convertido en un lugar agradable para vivir, aunque gran parte del millar de habitantes que residen en él han de encontrar trabajo fuera del límite estricto del parque natural. Así, ahora en muchas masías se vive como en primera y segunda residencia, y la ganadería y la agricultura han adoptado un carácter lúdico, lejos de cubrir las principales necesidades vitales.