Patrimonio construido
Uno de los máximos atractivos de una visita al Montseny es el patrimonio edificado, testimonio de la presencia humana desde tiempos remotos. Las construcciones megalíticas de la sierra del Arca son las más antiguas. De la época ibérica, la muralla del castillo del turó de Montgrós, en el Brull, constituye uno de los elementos más impresionantes de este periodo que pueden encontrarse en Cataluña.
La Edad Media está muy bien representada con muestras románicas de la arquitectura religiosa en más de una docena de pequeños templos de montaña. Se pueden destacar las iglesias parroquiales de Montseny y el Brull, o las de la Móra, Sant Marçal, Sant Cristòfol de la Castanya, Sant Martí del Montseny y Aiguafreda de Dalt, entre otras. También son muy importantes los restos de edificaciones de tipo militar, como los castillos de Montsoriu -de época gótica-, Montclús, Fluvià, el Brull, Cruïlles, y las masías fortificadas del Bellver o la Sala. También hay conjuntos como el de Tagamanent, con construcciones de los periodos románico y gótico, o el de Sant Segimon, importante eremita del siglo XVII. Pese a todo, la masía es el elemento arquitectónico más habitual del Montseny, que en algún caso, como el de Agustí, en el llano de la Calma, adquiere la condición de gran casa solariega.