Estratigrafía
Pared de roca
La base del macizo de Sant Llorenç del Munt es un plutón de granito que, surgiendo al este de Matadepera y extendiéndose por Castellar del Vallès hacia levante, afecta a las pizarras paleozoicas, atravesándolas y, a partir del nombrado Castellar del Vallès, forma una estrecha franja limitada por sendas fallas: una normal, hacia la Depresión del Vallès, y la otra a la inversa, limitando con el trías.
El paleozoico, de pizarras metamórficas, forma clapas irregulares en dimensiones y distribución; la más grande corresponde al encabalgamiento de Girbau, en la zona de la Penitenta, que se extiende de este a oeste hacia Can Torres y el camino dels Monjos.
Podemos tener en cuenta dos clases de yacimiento:
a) Pizarras que yacen directamente sobre el granito.
b) Pizarras que cabalgan sobre el secundario y el terciario.
Las primeras están localizadas en el área comprendida entre el sur y el este del collado de Can Sallent o Mont-rodon. Son de color grisáceo azulado, sericíticas, con filón y vetas de cuarzo cataclástico, muy alteradas y erosionadas. Se les calcula una potencia de unos 60 metros.
Por lo que concierne a las pizarras de encabalgamiento, están muy extendidas en sentido transversal, aunque de poca potencia, ya que en la fuente de los Llorers, al pie de Can Girbau, dejan al descubierto el eoceno y, al sur de la sierra de Sant Feliu, permiten ver el granito.
El trías comprende una franja de unos 600-800 metros de anchura en la zona media y 5 km de longitud, que se extiende oblicuamente desde la colina de Can Torrella pasando por la colina de Calderols y el Pujol, hasta más allá de Sant Feliu del Racó.
El contacto del trías con el paleozoico se produce por medio de fallas y aparecen los clásicos conglomerados cuarzosos de la base del Buntsandstein, verticales y muy escasos, que llegan a desaparecer; solamente son visibles en la intersección con la carretera de Mura. Sigue una serie de asperones rojos, micácicos, que tienen un buzamiento de 22° y en la parte superior alternan con margas muy arcillosas. Aquí el Buntsandstein tiene una potencia de unos 200 metros.
El Muschelkalk aparece en el Turó de Can Torrella, con calcáreas dolomíticas, blanquinosas y un buzamiento de 30-35° al noroeste, muy dobladas. Siguen 30 metros de arcillas marrones, sin nada, del Muschelkalk medio. El conjunto acaba un poco más allá de Can Torrella en contacto con los conglomerados del eoceno inferior, mediante una gruesa zona de milonicización. En la cantera de Can Torrella se ha encontrado fauna con Ceratites antecedentes (N. Llopis i Lladó).
Todo el eoceno de la zona de Sant Llorenç del Munt es de facias continental y va desde la base al priaboniano inferior. En la mencionada base, concretamente en Can Solà del Pla (Matadepera) y Mas Olivet (Sant Feliu del Racó), se ha encontrado Bolimus gerundensis (N. Llopis i Lladó).
Los conglomerados forman la parte más destacada del macizo, que les debe su configuración característica. Empiezan en la cota 500 y llegan a la cima culminante de la Mola, a 1.095 m de altitud. Son de origen deltaico, constituidos por guijarros de calcáreas triásicas, cuarzos de pizarras paleozoicas y algún episodio de granito. Hay algunas pequeñas diferencias entre estos conglomerados y los de Montserrat, lo que hace que la erosión haya actuado de forma diferente. Por un lado, las intercalaciones de asperones y margas rojizas se adentran en las masas de pudingas hasta niveles muy altos, cosa que hace que la masa sea menos resistente a la erosión. Por el otro, la composición de los conglomerados es menos resistente; los elementos paleozoicos son más abundantes y, según el lugar, llegan a dominar, y el cemento arcilloso parece que está también en mayor proporción. Todo esto contribuye a hacer que la masa de pudingas esté más afectada por la división en estratos, y que la resistencia a la erosión entre estratos sea más pequeña; así es que no se dan formas tan osadas como en el caso de Montserrat.
El eoceno presenta cuatro tramos estructurales y morfológicos:
»Primer tramo: desde el contacto con el Muschelkalk hasta Cavall Bernat.
»Segundo tramo: hasta de Can Pobla.
»Tercer tramo: hasta l'Hort dels Monjos.
»Cuarto tramo: hasta la cumbre de la Mola.
En el primer tramo, de poca pendiente, los conglomerados son de color rojo-vino, el cemento es poco duro y la roca, que se disgrega fácilmente, proporciona fragmentos libres de calcáreas, pizarra, asperón, calcita y cuarzo. Los niveles arcillosos son escasos y de poca potencia y no forman rellanos ni niveles de fontículos. Acaba en el nivel arcilloso de Cavall Bernat, con grutas, un rellano bien marcado y dos fuentes muy escasas.
En el segundo tramo está Castellassa, la Roca de les Onze Horts, els Plecs del Llibre y el Cavall Bernat. Debe de tener unos 100 m de potencia y forma un solo bloque muy compacto, de paredes verticales, y tres o cuatro escalones secundarios de 20-30 m de altura. El color es más rojizo, tirando a anaranjado.
El tercer tramo empieza en las arcillas de Can Pobla, que dan un nivel freático importante, el más importante de todo el macizo. Es un tramo de unos 180 m de potencia y es toda una unidad compacta de paredes verticales, materiales muy uniformes en dimensiones y que acaba en una clase de cornisa aún más compacta, de unos 10 m de grosor, separada del resto por una pequeña intercalación arcillosa.
Finalmente, al pie del nivel de l'Hort dels Monjos encontramos el cuarto tramo de fuerte pendiente, con una potencia de unos 60 m y que acaba en la cima de la Mola.